San Rosendo


ANTECEDENTES GENERALES

Nombre de la Comuna San Rosendo

Población Total 3.918 habitantes

Fecha Fundación 30 de Diciembre de 1927

Creada por Decreto Ley Nº 8.583 del 30 Dic. de 1927

San Rosendo se encuentra geográficamente ubicado a los 37º 16’ de latitud y 72º 42’ de longitud, en el valle central de la VIII Región del Bío-Bío, en la confluencia de los ríos Laja y Bío-Bío, con una superficie de 90.4 Km2, de los cuales 1 Km2 corresponde al sector urbano y 91.4 Km2 al sector rural, representa un 0.69% de la Provincia del Bío-Bío y un 0.32% de la superficie que ocupa la 8ª Región. Su densidad poblacional alcanza a 44.4 hbtes. / Km2, superando el promedio regional.

Los principales centros poblacionales son San Rosendo, único centro urbano y los caseríos de Los Callejones y Turquía, que en conjunto ocupan el 85% de la población total, el resto se ubica en las localidades rurales de Buenuraqui, Ventura, Tomentuco, Quebrada Turquía y El Fuerte.


RESEÑA HISTÓRICA DE SAN ROSENDO

“De la Estación de San Rosendo, que está en una pintoresca situación, aunque en un reducido espacio de las faldas de unas colinas frente a la confluencia del Bío-Bío con el Laja, parte el ramal del ferrocarril a la Frontera, que, como se ha dicho, penetra, por ahora, a las provincias del Bío-Bío, Malleco i Cautín. El hermoso puente del ferrocarril, que frente a la estación atraviesa el Laja, mide 400 metros de longitud y está dividido en 8 tramos de 50 metros cada uno, los cuales descansan sobre cilindros rellenados de concreto y enterrados en profundidades variables en el lecho del río”. Espinoza, Enrique. Geografía Descriptiva de la República de Chile, p. 399.

Entre los años 1613 – 1615 y bajo el gobierno de don Alonso de Rivera, se ordenó la construcción de una serie de Fuertes en la zona del Bío-Bío, para establecer el dominio sobre las tribus de indígenas en la Frontera de la Araucanía. Entre ellos figuraba el de San Rosendo, levantado sobre la cima del Cerro Centinela y compuesto por una misión de Jesuitas y varios pobladores dedicados principalmente a la agricultura y crianza de lanares, según consta en un documento enviado al rey de España en 1635, donde se hace mención de la construcción de este Fuerte.



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Su nombre, San Rosendo, es dado en culto al Santo patrono, quien fuera Obispo de Mondoñedo y Compostela y además virrey de Galicia nombrado por el Rey Sancho I.

La primera gran sublevación indígena, se produce el año 1655, durante el gobierno de don Antonio Acuña y Cabrera, motivada por los desaciertos de este Gobernador. El sitio fue asaltado, quemado y posteriormente abandonado. Si bien fue restablecido en 1823, no duró mucho tiempo, ya que un nuevo levantamiento, al cual no sobrevivió ningún poblador ni misionero, acabó con el Fuerte.

Por Decreto Ley Nº 8.583 del 30 de Diciembre de 1927, con don Carlos Ibáñez del Campo como Presidente de la República, se crea la Comuna Subdelegación de San Rosendo, empezando su actividad pública y social el 01 de Febrero de 1928. Para ello, se reúne una Junta de Vecinos, quienes eligen a don Ramón Rojas Arellano como primer Alcalde en ejercicio de las funciones edilicias.



La actividad ferroviaria, fue el principal motor de desarrollo económico, social y cultural de esta Comuna, dado que San Rosendo era un cruce estratégico entre el norte y el sur del país. En la década de 1870, el gobierno se ve obligado a completar la línea al Sur, ya que la Compañía del Ferrocarril del Sur no la terminaba por problemas monetarios. Se discuten en el Congreso las posibilidades de proyectar la línea desde Curicó a Chillán y desde la Frontera al sur de San Rosendo para llegar a Angol, Los Ángeles y el río Malleco. Los trabajos en esta línea fueron iniciados desde el sector portuario de Talcahuano en 1870 por el contratista Juan Slater. El tramo proyectado para la Región del Bío-Bío se configuraría mediante el ramal Concepción – San Rosendo.

El domingo 2 de abril de 1872, se celebraba la inauguración de la construcción del tramo ferroviario que unía a Chillán con el Puerto de Talcahuano, pasando éste por terrenos del fundo de la familia Larenas – Ibieta, y a partir de ello, se empiezan a construir las primeras viviendas con una estructura urbana ordenada, dándole forma de Villa a lo que es hoy la comuna de San Rosendo.


A partir de 1874, cuando se inaugura oficialmente la línea Talcahuano – Chillán, las autoridades ferroviarias deciden otorgarle a San Rosendo la calidad de Estación. Este título es concedido por cuanto en ese punto se calcula que se cruzarían los trenes de pasajeros y carga saliendo tres o cuatro veces por semana, desde ambas ciudades. También un tren carguero circularía exclusivamente desde San Rosendo, llevando productos agrícolas y forestales hasta Concepción y Talcahuano.

La demanda que se genera con el nuevo servicio ferroviario entre Chillán y Concepción, y muy especialmente con otras ciudades del interior como Los Ángeles a través de líneas de diligencias, hizo que la superintendencia de ese ferrocarril dispusiera la circulación diaria de los trenes de pasajeros. No obstante esta medida, a fines de 1877 suceden dos grandes hechos que cambiarán la historia de esta Comuna: por una parte se ‘unen las 3 ciudades más importantes de Chile’ por el ferrocarril: Valparaíso, Santiago, Concepción y, a su vez, las líneas de los nuevos territorios de la frontera, que en esa época se conocían como “Ramal del Malleco”, se ponen al servicio con trenes hasta Angol y su correspondiente combinación desde Santa Fe hasta Los Ángeles.

La rápida incursión del ferrocarril por los territorios de la Araucanía, hace que en 1890 las líneas lleguen a Victoria y Traiguén. Esto provoca que aquellas ciudades y sus campos comiencen a poblarse de colonos, muchos extranjeros, y a explotarse con rapidez. San Rosendo, que ya contaba con 400 habitantes, se convierte en una especie de “FRONTERA FERROVIARIA”, el punto desde donde se realizan todas las combinaciones de pasajeros que se dirigen hacia el sur del Bío-Bío. Si desde sus inicios, circulaban unos 15 trenes semanales, hacia 1895 el jefe de estación debía controlar, sólo en trenes de pasajeros, a un poco más de 60.


Uno de los primeros que tuvo la capacidad de percibir el gran desarrollo que adquiriría la Estación de San Rosendo, fue Víctor Aurelio Lastarria. Este ingeniero, que a la sazón estaba a cargo de la construcción de las líneas férreas desde Angol hasta Osorno, decía en un informe fechado en 1885: “Creo oportuno la conveniencia de trasladar a San Rosendo la Maestranza ubicada en Concepción, sería en SAN ROSENDO donde se juntarían los trenes del norte y sur del país y sería también un punto donde se cambiarían las locomotoras así como los carros con mercadería. San Rosendo se convertiría así en una Estación Principal de Bifurcación. Mientras no se establezca un tren nocturno, San Rosendo sería el punto más apropiado para el alojamiento de pasajeros que se dirijan al sur” (Lastarria, Víctor Aurelio; Boletín Ferroviario 1925)

Lastarria no estuvo errado en sus predicciones. A fines del siglo antepasado, la infraestructura de la Estación ya se hacía estrecha para todo el movimiento que debía efectuarse. De esta manera, uno de los primeros trabajos que se realizan, es el relacionado con el tráfico sobre el puente Laja, construyéndose durante 1889 y 1890 un espléndido Puente Ferroviario de 400m de longitud, obra realizada por la fábrica Leve & Murphy, permitiendo reemplazar al existente, que era de madera.

Este primitivo puente – el de madera – tenía la desventaja de tener muy poca altura con respecto al nivel de las aguas. En ese período los pasajeros debían transbordar en improvisados botes de una orilla a otra. Así también en los terrenos de la estación se construye una pequeña Casa de Máquinas para unas ocho locomotoras, una herrería, un galpón de fragua y carpintería y una serie de edificaciones para las diversas actividades.

A su vez, la empresa de Ferrocarriles del Estado, viendo la Posición Estratégica de su ubicación central para el transporte ferroviario entre Norte y Sur del país, hizo grandes inversiones en el lugar, mejorando y ampliando sus instalaciones, así como la construcción de poblaciones habitacionales, locales de salud y recreación para su personal, y prestación de servicios para los pasajeros. Esto incentivó una mayor producción agropecuaria en la zona y un gran desarrollo comercial en el sector urbano, mejorando el nivel económico, cultural y social de sus habitantes.

La empresa de ferrocarriles pone en marcha un plan de modernización de sus más grandes instalaciones ferroviarias, lo que incluye a San Rosendo. Surge una tipología arquitectónica única en nuestra Región, destinada a la reparación y mantenimiento de las locomotoras: LA ARQUITECTURA MECANIZADA que, a diferencia del resto, maneja proporciones y una escala mayor, debido a que su espacio interior se basa en la funcionalidad de la locomotora.

En 1929, a un costado de la entrada Norte del puente Laja, se construye una gran Casa de Máquinas con una capacidad para 36 locomotoras, que viene a reemplazar a la casa antigua, cuya capacidad era insuficiente para la gran demanda. Es un recinto que se construyó bajo un modelo único, elaborado por el Departamento Técnico del Ministerio de Obras Públicas.

Junto al acceso de ésta, y en la misma fecha, se levanta una enorme Carbonera Mecanizada, cuyo diseño fue encargado a la empresa Roberts and Schaefer C.O de Estados Unidos. Estos avances en infraestructura permitieron una mejor protección de las máquinas y una rápida encarbonadura de los ténderes.

Ambos edificios, de monumentales características, trascienden en generar un impacto urbano en la ciudad. Con dos edificios complementarios de menor escala (Oficinas Administrativas de Tracción – Administración y Maestranza) constituyen por su originalidad, dimensión, escala y valor arquitectónico, un conjunto armónico generando espacios funcionales a su alrededor.

Si había una estación donde los trenes debían detenerse obligadamente, esta era en San Rosendo. En el año 1950, el movimiento ferroviario llegaba a un punto máximo en un mar de líneas y desvíos atestados de semáforos, locomotoras, coches y carros. Cada tren de carga que llegaba, como los largos interzonales debían dejar carros para que los tomaran otros trenes llevándolos a otras estaciones y a la vez debían llevarse los que otros trenes le dejaban.

Los trenes llamados “colectores” y “distribuidores”, como su nombre lo indica, iban de estación en estación tomando y dejando carros, especialmente en las estaciones de arranque del ramal. A este intenso movimiento, se agregaban los numerosos trenes carboneros que desde Curanilahue proveían a la Carbonera y a las demás estaciones de tan preciado combustible. Así también desde la Casa de Máquinas había un permanente tráfico de locomotoras ya que la mayoría de los trenes debían cambiar de máquina en San Rosendo.


Por su parte, en lo que corresponde al servicio de pasajeros, la mayoría se detenía para que los viajeros realizaran las combinaciones necesarias. Dada esta gran demanda, el poblado que en su mejor época llegó a superar las 5000 personas, organizó la infraestructura del pueblo en torno a atender todos los servicios ferroviarios, como hoteles para los pasajeros que debían pernoctar allí, restaurantes, pensiones, hogares de los maquinistas y conductores.

En el año 1936 se creó un borde de casas destinado a alojar a los funcionarios que trabajaban en estas instalaciones con el fin de tener un control y una mayor eficiencia.

Lamentablemente, en enero de 1941, un incendio destruyó gran parte del pueblo. Si bien su reconstrucción le dio un renovado aspecto; con edificios, casas de dos pisos, Hotel, Farmacias, Banco, Correo, Telégrafo, Registro Civil, Liceo y una Estación de corte moderno con hotel incluido, pocos años más tarde, un nuevo incendio arrasa con mucho de aquello que se había construido, componentes de la fisonomía de un pueblo ferroviario.


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A principios de 1970, comenzó una progresiva disminución en la actividad ferroviaria. Ya no era necesaria la gran capacidad de personal debido a que las antiguas locomotoras estaban siendo reemplazadas por máquinas diesel petroleras y luego con la electrificación del ferrocarril fueron perdiendo sentido de uso las instalaciones del complejo. Se agrega la política reinante en ese momento, de darle prioridad al bus como medio de transporte principal que conecte Chile a lo largo, dejando durante casi 20 años abandonado el tren sin implementación de recursos.

Esto generó que quedara sesgada la única fuente de trabajo capaz de atender las demandas de la población masculina económicamente activa del pueblo, trayendo como consecuencia una fuerte migración en búsqueda de empleo. Paralela a esta situación, toda la infraestructura del pueblo como hoteles, restoranes, pensiones y otros ya no tenían tanta demanda, y fueron desapareciendo.


Hoy en día, son pocas las fuentes de trabajo estable dentro de la ciudad, muchos se emplean en Laja o en sus alrededores, adquiriendo el pueblo rol de ciudad dormitorio.

Si bien San Rosendo continúa atrayendo a muchos visitantes por su pasado histórico y arquitectura Ferroviaria, el desmantelamiento y la falta de mantención durante casi 20 años han generado un debilitamiento en las estructuras de la Carbonera y la Casa de Máquinas, alterado la imagen del conjunto y evidenciado la urgencia en la recuperación de este valioso patrimonio local.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente material, se advierte un gran esfuerzo y cuidado en la conceptualización del diseño y construcción de la página.
Por otro lado, agradeceré si le es posible, obtener información sobre Enrique Madariaga, al parecer ocupó el cargo de alcalde de San Rosendo en la primera mitad del siglo XX, estaba muy ligado al tema ferroviario.
Muchas gracias.
Juan L. Saavedra
Profesor de Historia
jlsaaved@gmail.com